Hace años los niños y niñas que aprendían a nadar lo que menos deseaban era que se viera el flotador. Por eso los flotadores de aro y con forma de animal no eran muy demandados a partir de una cierta edad.
En lugar de estos, preferían los manguitos. Y es que los otros tenían una imagen muy infantil y eran vistos como complementos de niños y niñas muy pequeños.
No obstante, hoy en día los flotadores cuanto más grandes mejor y cuanto más llamen la atención más gustan.
Últimamente, hemos visto muchas fotografías con jóvenes sentadas en flotadores con forma de flamenco rosa, la gran sensación de la temporada.
Una tendencia que han promovido las influencers de Instagram. Y es que tienen mucho poder en las generaciones más jóvenes. Se han ganado un prestigio tan grande en este colectivo que todo lo que se pongan y prueben estará de moda.
Y es que son un referente para ellas y un ejemplo a seguir que arrastran a muchas preadolescentes y adolescentes a actuar como ellas. Un hecho que las marcas no quieren desperdiciar.
Las empresas ya están aprovechando este fenómeno poniendo en circulación un stock importante de flotadores Flamingo y promocionando entre las influencers sus principales novedades.
Todo esto ha provocado un aumento de las ventas de los flotadores Flamingo y otros con formas clásicas similares al clásico bollo Donut o con apariencia de animales mitológicos estilizados como los flotadores unicornio.
Son flotadores que triunfan sobre todo entre las niñas de 8 a 12 años que ya saben nadar y que no los quieren para aguantarse en el agua, sino para disfrutar de un momento de relax en la piscina imitando a sus ídolos.
Los tiempos cambian y lo que antes era visto como algo de bebés y niños pequeños hoy es la moda más in entre las niñas mayores y las adolescentes.
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